DEMOCRACIA REAL EN GIRONA

Hace muy pocos dias me hacia eco de las protestas que se estaban produciendo en Madrid y Barcelona. En uno de los momentos del tetxo aludi a la posibilidad de que se realizara una acampada en Girona. Dicho y hecho. El viernes pasado, la gente se reunió en una plaza centrica de la immortal ciudad de Girona y, luego de la manifestación correspondiente, se organizaron, creando 3 comisiones y acamparon.
Hoy, a pesar de la prohibición de la Junta Electoral se ha vuelto a celebrar una manifestación en la dicha plaza. A las 8 de la tarde nos reuníamos; a las 11 de la noche, por petición de la Asamblea, algunos nos retiramos, otros se quedan para votar las propuestas elaboradas por las distintas comisiones. Entre medio, 3 horas de gritos y parlamentos. Gritos contra el gobierno que no nos representa, contra la clase política corrupta, contra los banqueros expoliadores. Parlamentos y discursos para todos los gustos. Algunos solo unas pocas frases, otros poemas; canciones e incluso una oración laica han marcado la jornada. El que escribe hizo un acopio de arrojo y valentia para lanzarse a hablar a la gente. Queria transmitir a los presentes que estamos haciendo historia y que los ojos del mundo (parafraseando a Eisenhower) estan puestos en nostros y que debemos seguir juntos hasta el final.
De todos los discursos me quedo con uno del final. Un hombre, que trabja en un gimnasio ha reconocido, delante de centenares de personas, que no tiene estudios, que es un ignorante. Mas nos ha enseñado que no hace falta saber de economia para ver que algo no funciona en tu país cuando una persona mayor urga en un contenedor.
En fin, ha sido una jornada intensa. Estoy orgulloso y agradecido por vivir estos momentos y por hacerlo con tanta y tanta gente en el mundo. El 15 de mayo y los dias sucesivos seran recordados como los dias en que dijimos basta y nos levantamos contra la tiranía.
Quizás nosotros fracasemos hoy. Confio en que nuestra capacidad de resistencia y nuestra camaraderia no se apagaran mañana. Pero aunque así fuera, quedará para el recuerdo todo esto, como un símbolo, del gran poder del pueblo soberano.
¡Viva la democracia real!